viernes, 23 de julio de 2021

El Arrullo

 

El arrullo
Arnulfo abre su pequeña casa de madera para con sus amigos arrullar ‘para alegrar la vida’, como él mismo lo manifiesta o cuando les invitan a animar en una fiesta de santos o vírgenes. Más de  doce tambores y cununos se ven en el techo colgados, dice que pocas veces se venden, así que los conserva. Recuerda sobre los arrullos: “Es que cuando arrullaban antes era bastante y todo el tiempo, a todos los santos los arrullaban. Arrullaban a San Antonio, la Virgen del Carmen, Las Mercedes, Las Lajas. Hacían el arrullo el día de la fiesta, la dejaban ahí en el altar y a los ocho días volvían a festejar para desvestirlo. Se moría un angelito, se arrullaba y se lo iba a enterrar con instrumentos a la playa. Entonces de ahí uno va aprendiendo. Mi mamá era profunda en eso, Efigenia Valencia. Como a usted que le guste una cosa y va aprendiendo, hasta que ya es profesional”.

LAGARTO TIENE UN APROXIMADO DE 5 674 HABITANTES. PERTENECE AL CANTÓN RIO VERDE, DE LA PROVINCIA DE ESMERALDAS. EXISTEN MÁS DE 15 RECINTOS ALEJADOS DE SU CABECERA PARROQUIAL, SIN VÍAS DE ACCESO DE PRIMER ORDEN. SOLO CAMINOS DE TIERRA TRANSITABLES DURANTE LA ÉPOCA SECA.

Las composiciones de Rescate Cultural presentan dos complejos sonoros predominantes según Carlos Rojas, músico especializado en músicas campesinas: “El arrullo bambuquiao, con un aspecto métrico ternario (6/8); y el bunde, con una métrica binaria (2/4). Finalmente interpretan un alabao; canto ritual fúnebre, sólo de voces, de velorio, de lamento; el cual acompaña al difunto adulto en la transición al otro mundo”.

“Señor mío perdonarme

Que de ti el perdón aguardo

Por nuestra preciosa sangre

Y la llaga del costado”

¿De dónde vienen los arrullos? Basta escucharlos para percibir una profunda raíz africana en ellos, una ancestralidad que se conjugó en algún momento con el catolicismo. Los arrullos son cantos en copla responsorial a lo divino; a la virgen, a Jesús, a los santos, a lo fantástico, a la naturaleza y a lo humano. Conjugan la espiritualidad con las experiencias vivenciales; revelando así, un hibridismo entre el mundo terrenal, la imaginación y el mundo de la tradición religiosa. Según Línver Nazareno, el arrullo actual fue acción de “un sacerdote Mera” que llegó a evangelizar la zona botando marimbas al río, para él “nuestros ancestros le cantaban a sus dioses, a la luna, a la tierra, a la naturaleza y luego viene esta influencia religiosa”.



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